sábado, 30 de junio de 2012

Las marismas, de Arnaldur Indridason


«El cadáver era de un hombre  que debía de rondar los setenta años. Estaba echado sobre su lado derecho en el suelo, junto a un sofá, en un pequeño salón, y vestía camisa azul y pantalones de pana de color marrón claro. Calzaba zapatillas. El cabello gris, que había empezado a escasear, estaba manchado con la sangre de una aparatosa herida en el cráneo. En el suelo, cerca del cadáver, había un cenicero grande de cristal, cuadrado y con aristas afiladas. También estaba manchado de sangre. La mesa del centro estaba volcada».


Así comienza esta entretenida novela, Myrin en el original, primera de la serie del inspector Erlendur. Éste se encuentra el cadáver de Holberg, un camionero solitario, con una nota incompleta de lo que parece ser una confesión: «Yo soy Él». La nota empieza a cobrar sentido cuando encuentran en un cajón la foto de la tumba de una niña fallecida cuarenta años atrás y cuya madre se suicidó tres años después. Pero la niña no murió asesinada... a todo esto se une la desaparición de una joven novia el día mismo de su boda y los problemas de Erlendur con su hija, Eva Lind, metida en las redes de la droga y la prostitución. El interés de la trama crece según pasan las páginas, y tiene un gran final.

sábado, 23 de junio de 2012

Tinta, de Fernando Trías de Bes


Un librero cuya mujer ha caído bajo un enigmático hechizo. Un autor que hace años decidió dejar de escribir. Un impresor que recibe un encargo imposible. Un corrector que ha perdido la fe en los libros. Un editor que sólo hojea los libros que edita. Todos, como dice uno de los personajes, buscando «otro motivo. El motivo de mi sinrazón». Y un libro cuyas letras desaparecen al leerse en el que pretenden encontrar las respuestas a sus preguntas, a pesar de las dudas, porque «Un libro, por mágico que pueda ser, jamás altera el curso de los acontecimientos ni modifica la vida de los hombres». Original y entretenida, curioso homenaje a los libros y a todos aquellos que forman parte de ese mundo. Se lee de un tirón (151 páginas). Sin embargo, no me parece que aporte demasiado. Resumiendo: para pasar el rato.

sábado, 16 de junio de 2012

Niños en el tiempo, de Ian McEwan

Stephen Lewis, un joven y renombrado autor de libros infantiles, vive en Londres con su mujer Julie y su hija Kate, de tres años, y participa con un escepticismo a la vez resignado y divertido en las reuniones de una comisión gubernamental sobre la educación de los niños. Los Lewis parecen componer la típica familia feliz, pero un día Stephen va al supermercado con Kate y, mientras está pagando en la caja, su hija desaparece. Éste es el dramático punto de partida de una extraordinaria novela, comienzo no sólo de la crisis entre Stephen y Julie, que reaccionan de modo distinto ante la tragedia, sino también inicio de una reflexión sobre el tiempo, la ausencia, el significado de ser padres y de ser hijos, que obliga al adulto a repensar sus certezas, sus hábitos mentales, sus comportamientos. Al mismo tiempo, Mc Ewan lleva a cabo una acertada sátira política de la sociedad inglesa. El dramático comienzo tiene como contrapunto las páginas finales, llenas de esperanza y con la intensidad de la poesía. Con esta novela, The Child in Time en el original, Mc Ewan logra una de las más indiscutibles obras maestras de la narrativa británica de las últimas décadas. Para adultos. Algún inconveniente moral.

sábado, 9 de junio de 2012

Elliot Tomclyde, de Joaquín Londáiz

Elliot tiene 12 años y vive en Québec. Su vida no tiene nada de extraordinario hasta que, en un campamento de verano, conoce a Goryn, un hechicero que lo conduce a un mundo llamado Hiddenwood. Allí, Elliot conocerá a los responsables de los cuatro elementos (agua, tierra, aire y fuego) y descubrirá la verdad sobre su pasado: es el descendiente de un hechicero muy poderoso y ha heredado sus mismos poderes. Por ello, deberá ingresar cuanto antes en la escuela para magos de Hiddenwood y prepararse para defender el equilibrio del mundo mágico frente al maléfico Tánatos. Elliot Tomclyde es la primera aventura de este joven que, para completar su formación mágica deberá visitar las restantes escuelas: Blazeditch, Bubbleville y Windbourgh.

sábado, 2 de junio de 2012

El cuarto mandamiento, de Booth Tarkington


Una madre, Isabel, orgullosa de su hijo, al que considera un ángel, y ciega ante sus muchas faltas y defectos. Un hijo, George, arrogante, altanero, orgulloso, duro, pagado de sí mismo, impulsivo a quien todos esperan que algún día la vida le dé su merecido. Una joven, Lucy «un ángel enamorado de un orgulloso Lucifer», que una vez enamorada no logra matar su amor a pesar de las muchas y desagradables cosas que ve en George. Y la muerte de Wilbur, esposo de Isabel y padre de George, que hace presente un amor nunca olvidado y lleva a la locura a George y éste a la tragedia a su propia familia… The Magnificent Ambersons, espléndida novela del escritor estadounidense Booth Tarkington, merecedora del Premio Pulitzer en 1918, está ambientada en la época de los vertiginosos cambios que trajo consigo la era del automóvil. En palabras de Orson Welles, quien la hizo película en 1942, «el retrato más sincero y despiadado sobre los cambios sociales en el medio oeste americano». Y un canto a la humildad del arrepentimiento y la grandeza del perdón.