Extraña y apasionante novela publicada en 1955, ante la que el lector se siente desconcertado al principio, pero que va enganchando a medida que se avanza en su lectura. Como ha escrito algún crítico, «con sólo esta novela, de apenas 150 páginas, la escritura mexicana alcanzó su cota más alta, y México otorgó al arte universal una de sus mejores fábulas». El argumento es sencillo: Juan Preciado cuenta cómo, por encargo de su madre moribunda, llega a Comala para ajustar cuentas con su padre, Pedro Páramo, al que no ha conocido. Juan se encuentra con un pueblo deshabitado, lleno de fantasmas. Cuando cobra conciencia de que está en un mundo de muertos, muere aterrorizado y su voz se debilita para dejar paso a los susurros de los muertos, que refieren los hechos sucedidos en Comala en tiempos de Pedro Páramo. En pocos trazos muestra su vida, desde la infancia a la vejez, cómo se va convirtiendo en un cacique violento, codicioso, que llega a poseerlo todo pero no puede lograr el amor de Susana, a quien conoce desde la infancia y por quien siente un amor sin límites. La muerte de Susana le llevará a la desesperación y a vengarse, llevando a la ruina a Comala. El tono general de la novela es negativo, pero también hallamos en ella atisbos de esperanza. Tiene pasajes claramente inmorales, aunque no se recrea en ellos. Por otro lado, encontramos unos personajes con clara conciencia de pecado. Resumiendo: NO ES NOVELA PARA TODO TIPO DE PÚBLICO. Más bien para lectores habituales y con criterio formado.
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