sábado, 23 de abril de 2022

Si una mañana de verano un niño, de Roberto Cotroneo

«Y además, ¿sabes una cosa? Francesco, apréndetelo bien: fíate de quien ama la lectura, fíate de quien siempre lleva consigo un libro de poesía. Mira con recelo a quien te diga que no tiene tiempo, que la literatura es algo hermoso pero que sólo se lee cuando se es joven, y luego… Miente, no le importa nada. Miente sabiendo que miente».
Carta a mi hijo sobre el amor a los libros. Así subtitula Roberto Cotroneo este estupendo libro, porque eso es: Una carta en forma de libro para explicar un placer, el de la lectura. Y es que «volver a leer a veces resulta hasta más estimulante que descubrir nuevos libros…». Por él circularán, entre otros, La isla del tesoro «un libro para niños porque enseña lo sutil y ambigua que es la frontera que separa el bien del mal, y cómo la aventura es un camino doloroso que, sin embargo, ha de ser recorrido»; y El guardián entre el centeno, «mejor The Catcher in the Rye, “el que agarra entre el centeno”, para contarte qué es la transgresión, pero también qué es la ternura, y cómo la transgresión y la ternura pueden viajar juntas». Un libro maravilloso del que guardo muy buen recuerdo.

lunes, 18 de abril de 2022

Cuando fuimos huérfanos, de Kazuo Ishiguro

«Era el verano de 1923, el verano en que dejé Cambridge, cuando pese a los deseos de mi tía de que volviese a Shropshire decidí que mi futuro estaba en la capital y alquilé un pequeño apartamento en el número 14b de Bedford Gardens, en Kensington. Recuerdo ahora aquel verano como el más maravilloso de todos los veranos».

Inglaterra, años treinta. Christopher Banks se ha convertido en el más célebre detective de Londres. Pero hay un enigma que es incapaz de resolver y del que él mismo es protagonista: cuando era niño y vivía en Shangai con su familia, sus padres desaparecieron misteriosamente, acaso secuestrados por la mafia china por un asunto relacionado con el tráfico de opio. Él, que creció como un huérfano, tiene recuerdos vagos y contradictorios de lo que realmente sucedió. Pero la ausencia de sus padres, de los que ni siquiera sabe con seguridad si están vivos o muertos, le atormenta. Y por eso decide que ha llegado el momento de enfrentarse al caso de su vida. Cuando fuimos huérfanos, When we were orphans en el original, quinta novela de Ishiguro, nos hace gozar de nuevo de la buena literatura.

lunes, 11 de abril de 2022

Relatos a la sombra de la Cruz, de Enrique Monasterio

"Cuando pasen los siglos, nadie hablará de mí como discípulo de Jesús de Nazaret. Dirán solamente que fui su amigo. Me llamo Lázaro, tengo veintisiete años y acabo de volver. Cristo me ordenó que regresara del Sheol y en un segundo quedé libre de las ataduras de la muerte."
Entre los libros de Enrique Monasterio que para mí son de lectura anual obligada se encuentra desde hace años El Belén que puso Dios. Cuando se acerca la Navidad, no puedo resistir la tentación de leerlo. Pero desde el año 2013, para estos días de Semana Santa ya tan próximos, he añadido estos Relatos a la sombra de la Cruz. Nacidos de la oración de su autor ante la cruz, siguiendo la misma lógica que le llevó a escribir El Belén que puso Dios. Nos encontraremos de nuevo con un borrico; con María Santísima, siempre joven y hermosa, pero bañada en lágrimas; con amigos de Jesús, como María Magdalena, los apóstoles, Simón de Cirene o José de Arimatea, y con enemigos que buscan su desaparición de este mundo: Caifás, Judas, Pilato, Barrabás... Como colofón, se incluyen al final unos comentarios al Adoro te Devote, conocido himno eucarístico atribuido a santo Tomás de Aquino. Jesús, en la Eucaristía, rompe las barreras del espacio y del tiempo y vuelve a trasladarnos al Gólgota. Espero que te guste.

lunes, 4 de abril de 2022

Obabakoak, de Bernardo Atxaga

 «Encuadernados la mayoría en piel y severamente dispuestos en las estanterías, los libros de Esteban Werfell llenaban casi por entero las cuatro paredes de la sala; eran diez o doce mil volúmenes que resumían dos vidas, la suya y la de su padre, y que formaban, además, un recinto cálido, una muralla que lo separaba del mundo y que lo protegía siempre que, como aquel día de febrero, se sentaba a escribir. La mesa en que escribía —un viejo mueble de roble— era también, al igual que muchos de los libros, un recuerdo paterno; la había hecho trasladar, siendo aún muy joven, desde el domicilio familiar de Obaba».

Bernardo Atxaga es el escritor en euskera más leído y traducido de la historia. En 1988 publicó, Obabakoak, un híbrido entre novela y antología de cuentos que ha sido traducida a 26 idiomas y que ganó el Premio Nacional de Narrativa en 1989. El libro recrea en sus cuentos un mundo mágico y mítico que invita a la reflexión literaria y trata cuestiones universales. La mayoría de los cuentos se sitúan en Obaba, una pequeña población vasca inventada donde fantasía y realidad se funden continuamente. Algunas de las narraciones aparecidas en la obra fueron llevadas al cine en 2005 por Montxo Armendáriz, con el título de Obaba.