lunes, 27 de julio de 2020

Un "Señor de las moscas" diferente...


¿Qué pueden hacer unos niños naufragados en una isla? ¿Dejarse llevar por el salvajismo y matarse unos a otros, como en la novela El Señor de las Moscas, de William Golding? ¿Son los niños, los adolescentes, unos bárbaros llevados por impulsos, sólo contenidos por una capa fina de civilizacion?William Golding publicó su novela en 1951 y vendió muchos millones de ejemplares. Él era alcohólico, con tendencia a la depresión y violento con sus hijos. "Siempre entendí a los nazis, porque soy, por naturaleza, de ese tipo", confesó en cierta ocasión. "En parte, por ese autoconocimiento", admite, escribió El Señor de las Moscas. En esa historia, unos niños de colegio británico naufragados en una isla se dedican a hacer cada uno lo que prefiere, buscan lo fácil y la gratificación inmediata y terminan recurriendo a la violencia contra los más pequeños, matando a tres de ellos. ¿Es así el hombre? ¿Ha habido algún caso real similar de niños perdidos en una isla desierta? Pues sí. Ocurrió en 1966. Protagonistas: un grupo de adolescentes de una escuela católica de Tonga, de 13 a 16 años. en Religión en Libertad puedes leer la historia completa…


lunes, 13 de julio de 2020

La voz del árbol, de Mercedes Salisachs

“… la palabra «traidores» no le era desconocida. Más de una vez su madre le había hablado de un tal Judas que, por ganarse unas monedas de plata, había traicionado a Dios. Y que luego, arrepentido por lo que había hecho, se colgó de un árbol. «Pero aquel árbol no era como el otro. Métetelo en la cabeza, Lucía. Aquel árbol tenía ramas y hojas y un tronco vital. En cambio el árbol bueno era seco y tenía la madera dura.»
Lucía es testigo de la muerte tremenda de sus padres, durante la guerra civil española, cuando solo tiene unos pocos años. A partir de ese momento, sin nadie en la vida que la proteja, irá cayendo en manos de diversas personas. Unas se aprovecharán de ella. Otras, la ayudarán a sobrevivir. A lo largo de siete décadas, Lucía crece en relación con personas muy diversas, encontrándose con el egoísmo, la inmoralidad y la injusticia en todas sus versiones. De esta novela, la propia Mercedes Salisachs dirá: "He intentado hacer un libro que no se te caiga de las manos, que sea ameno y al mismo tiempo tenga profundidad intelectual". Es de lo mejor que he leído en los últimos meses.