«Al cumplir los tres años, Matilda ya había aprendido a leer sola, valiéndose de los periódicos y revistas que había en su casa. A los cuatro, leía de corrido y empezó, de forma natural, a desear tener libros. (…) —Papá —dijo—, ¿no podrías comprarme algún libro? —¿Un libro? —preguntó él—. ¿Para qué quieres un maldito libro?
Si te gusta leer, este es tu blog. Leer para aprender. Leer para descansar. Leer para recomendar. Libros para ti, libros para tus hijos, libros para tus padres. Libros para todas las edades. Libros para jóvenes y libros para adultos. Lo mejor de ahora y de siempre. No son recomendaciones de un experto, sino de un aficionado a la lectura que recomienda libros a sus amigos. Espero que te gusten.
lunes, 31 de octubre de 2022
Matilda, de Roald Dahl (el Musical)
lunes, 17 de octubre de 2022
Juana de Arco, de Mark Twain
«Desde una aldea remota y perdida llegó una
ignorante campesina y se puso al frente de aquella
guerra canallesca, con aquel incendio que todo lo consumía y asolaba el país
desde hacía varias generaciones. Y tuvo lugar, entonces, la más breve y desconcertante de las campañas
conocidas por la historia. Se terminó en
siete semanas, quedando desmontada una guerra que ya contaba con noventa y un
años de experiencia. […] Aquella guerra fue como un ogro carnívoro, devorador
de hombres, cuyas garras chorreaban sangre durante años y años. Con su débil
mano femenina, una niña de 17 años abatió al ogro y lo dejó tendido sobre los Campos de Patay».
De Juana de Arco dirá Mark Twain, autor de Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckelberry Finn: «Estoy ahora plenamente convencido de que Juana de Arco, el último de mis libros, es el que he logrado plenamente».
lunes, 3 de octubre de 2022
El lector del tren de las 6.27, de Jean-Paul Didierlaurent
«El pendrive entró en
la vida de Guibrando Viñol por el más puro azar. Bien habría podido no
verlo o incluso simplemente ignorarlo. También habría podido caer en otras
manos, seguir otro destino. El caso era que una fría mañana de marzo, muy
temprano, saltó del trasportín justo cuando él bajaba el asiento».
Guibrando Viñol no es ni guapo ni feo, ni gordo ni flaco. Su trabajo consiste en destruir lo que más ama: es el encargado de supervisar la Cosa, la abominable máquina que tritura los libros que ya nadie quiere leer. Al final de la jornada, Guibrando saca de las entrañas del monstruo las pocas páginas que han sobrevivido a la carnicería. Cada mañana, en el tren de las 6.27, se dedica a leerlas en voz alta para deleite de los pasajeros habituales. Un día descubre por casualidad una pieza de literatura atípica que le cambiará la vida.