sábado, 1 de marzo de 2014

The Giver, de Lois Lowry

El Dador de Recuerdos es una sugerente novela en la tradición de las mejores novelas futuristas (Un mundo feliz, 1984, Farenheit 451...). Describe un mundo en el que la vida es ordenada, previsible e indolora y está completamente regulada: un Comité de Ancianos se ocupa de la Unión de Cónyuges, la Imposición de Nombres, la Colocación de Nacidos, las Misiones. No hay familias sino Unidades Familiares, cada una de ellas estudiada y aprobada por el Comité de Ancianos y sometida a control de seguimiento durante tres años antes de que puedan solicitar hijos. Cada noche hay que manifestar los sentimientos; cada mañana, contar los sueños. El objetivo: que todos los miembros de la Comunidad estén bien educados: sepan dar siempre las gracias, pedir perdón si han actuado mal, conocer y nombrar sus sentimientos y encauzarlos… La muerte no se nombra: se la llama liberación. De los liberados (niños con defectos, ancianos...) se dice que son enviados Afuera. Jonás, el protagonista, ha recibido el oficio de ser Receptor de Memoria: habrá de recibir todos los Recuerdos de la gente para que todo el peso del dolor recaiga sobre una sola persona y no produzca inquietud en nadie más. Sin embargo, Jonás se rebela cuando contempla cómo su padre, de oficio Criador, se ocupa de «liberar» a un niño (…). A través de los ojos de Jonás vemos el horror que significa matar a un inocente, no importa qué tamaño tenga. En agosto de 2014 se estrena la película en Estados Unidos.
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