«Y además, ¿sabes una cosa?
Francesco, apréndetelo bien: fíate de
quien ama la lectura, fíate de quien
siempre lleva consigo un libro de poesía. Mira con recelo a quien te diga que no tiene tiempo, que la
literatura es algo hermoso pero que sólo se lee cuando se es joven, y luego…
Miente, no le importa nada. Miente sabiendo que miente».
Carta a mi hijo sobre el amor a los libros. Así subtitula Roberto Cotroneo este estupendo libro,
porque eso es: Una carta en forma de libro para explicar un placer, el de la
lectura. Y es que «volver a leer a veces resulta hasta más estimulante que descubrir
nuevos libros…». Por él circularán, entre otros, La isla del tesoro «un
libro para niños porque enseña lo sutil y ambigua que es la frontera que separa el bien del mal, y cómo la aventura
es un camino doloroso que, sin
embargo, ha de ser recorrido»; y El guardián entre el centeno, «mejor
The Catcher in the Rye, “el que
agarra entre el centeno”, para contarte qué es la transgresión, pero también qué es la ternura, y cómo la
transgresión y la ternura pueden viajar
juntas». Un libro maravilloso del que guardo muy buen recuerdo.
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