—¿Crees que algún día árabes y
judíos podremos volver a vivir juntos? —le preguntó Aya mientras se secaba las
lágrimas. —Sólo cuando haya tantos muertos que resulte insoportable una muerte
más. Entonces los hombres se sentarán a hablar.
Marián, cooperante de una ONG
pro-palestina tiene el encargo de elaborar un informe acerca de los territorios
ocupados. En una de sus entrevistas conoce al anciano Ezequiel. Entre los dos, unas veces contando él, otras ella, reconstruyen la historia de dos familias, una árabe
y otra judía, unidas por una profunda amistad durante varias generaciones. Bien escrita y documentada,
cuidando hasta el más mínimo detalle, Julia
Navarro nos sitúa perfectamente ante el interminable conflicto árabe-israelí sin inclinarse por ninguno de los dos
bandos. Es una novela larga (900
páginas), pero en ningún momento se hace
pesada. Sin duda, merece la pena
leerla. Y te lanzarás a leer otras obras de la autora. Para mí, todo un descubrimiento.
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