sábado, 25 de febrero de 2012

La plenitud de la señorita Brodie, de Muriel Spark

Jean Brodie es una excéntrica y carismática profesora en una escuela femenina de Edimburgo en los años treinta del siglo XX. Considera que ha llegado a su plenitud, «ese momento en que se realiza aquello para lo que nacimos». Transgresora, manipuladora, puritana, admiradora de Hitler y de Mussolini, vive centrada en la educación de un grupo selecto de alumnas —«mis niñas» las llama— a las que pretende hacer a su imagen y semejanza, a su medida, y convertir en la crème de la crème: «invitaba a su casa a las niñas especiales a tomar el té, les ordenaba que no se lo dijeran a las demás niñas de la clase y les hacía confidencias». Pero sus métodos pedagógicos entrarán en conflicto con las convenciones establecidas, a la vez que irán derivando hacia la manipulación de sus elegidas: «dadme una niña que esté en una edad influenciable —afirma— y será mía de por vida». Por eso dirá Sandy, una de sus preferidas: «Se toma por la Providencia, se cree el Dios de Calvino, capaz de ver el comienzo y el final». Un Dios que impide el libre albedrío, frente al Dios de los católicos, que lo otorga. Comedia amarga, con un excepcional manejo de los saltos en el tiempo, The Prime of Miss Jean Brodie está considerada como la cima de su carrera, la mejor novela de Muriel Spark.

sábado, 18 de febrero de 2012

Un seminarista en las SS, de Gereon Goldmann

Gereon Karl Goldmann nace en Ziegenhain (Alemania) en 1916. Siendo seminarista franciscano fue reclutado por el ejército alemán, e incorporado a las SS. Ante la propuesta de ascender a oficial a cambio de de abandonar la Iglesia su negativa es contundente. Expulsado de las SS, permanece en el ejército, bajo estrecha vigilancia. La Gestapo redacta un informe acusatorio y lo lleva a juicio, pero es absuelto. Después colabora en la conspiración contra Hitler. Continúa como soldado hasta el fin de la guerra en la Cruz Roja, señalándose por su oposición al Régimen. Tras la guerra es capturado. En 1944 logra ordenarse sacerdote y al poco tiempo es enviado a un campo de prisioneros alemanes. Allí es condenado a muerte a causa de una conspiración. A punto de ser ejecutado, se salva gracias a la reapertura de su caso y es liberado. En 1954 se traslada a Japón, donde desarrolla una intensa actividad pastoral y asistencial. En sus últimos años, volvió a Alemania, donde murió en 2003. Una vida apasionante y ejemplar, que se lee como una novela.

sábado, 11 de febrero de 2012

Katrina, de Sally Salminen

Me parece todo un acierto que la editorial Palabra reedite esta estupenda novela, todo un clásico. De ella dijo Rosa Regás que Katrina es su heroína de ficción, un personaje con el que se siente identificado, que le atrae sin remisión, en el que se mira como en un espejo y cuyo influjo ha permanecido durante toda su vida. Una mujer humilde, de una historia humilde, y de una autora poco conocida. Una historia que impresiona y sobrecoge, la de una joven finlandesa, hija de campesinos ricos que un día, seducida por un marinero, decide casarse con él y seguirle a donde vaya. La historia de un paraíso prometido que se convierte en una humildísima choza en un acantilado pedregoso, con un marido borracho, débil, incapaz de educar a unos hijos que no dejan de llegar. La historia de la lucha por la vida, del coraje y amor de una madre y de una esposa, del olvido de sí y de la confianza en la Providencia. No estoy de acuerdo con Rosa Regás cuando afirma que Katrina al final de sus días se da cuenta de que su vida no ha servido para nada. Más bien veo en ella la satisfacción y la alegría del deber cumplido, la felicidad que sólo es posible en la entrega. En definitiva: una vida lograda. Y vienen entonces a mi memoria las palabras del beato Juan Pablo II en su Carta a las mujeres: «Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto (...) Te doy gracias, mujer-esposa, que unes irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca entrega, al servicio de la comunión y de la vida. Te doy gracias, mujer-hija y mujer-hermana, que aportas al núcleo familiar y también al conjunto de la vida social las riquezas de tu sensibilidad, intuición, generosidad y constancia. (…) Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas».
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Aquí, de Wislawa Szymborska


El pasado 1 de febrero fallecía Wislawa Szymborska, figura capital de las letras polacas, que obtuvo el Premio Nobel en 1996. En aquel entonces su obra apenas era conocida por el lector de habla hispana. Hoy, la situación es, sin lugar a dudas, muy distinta. Aquí —poemario posterior a la obtención del Premio Nobel de Literatura— ve la luz en español en el mismo año de publicación del original polaco y nos pone delante, una vez más, de esa aguda e irónica mirada que caracteriza a la poeta polaca. La memoria, el paso del tiempo, la belleza, el amor o el desamor, el dolor, los sueños, la sorpresa ante el mundo, la humanidad, la trascendencia, los misterios de lo cotidiano y la cercanía de lo extraordinario —tocar, mirar, escuchar, «o el hecho de que hoy has comido fideos con tocino»—, temas todos tratados con una escritura clara y sencilla, intimista que la ha situado entre los poetas europeos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI.

sábado, 4 de febrero de 2012

No es país para viejos, de Cormac Mc Carthy


El día que Llewelyn Moss, cazador y veterano de Vietnam, se encontró por casualidad con una maleta que contenía más de dos millones de dólares y se la llevó, firmó su sentencia de muerte. Estaba entre los restos de cadáveres y droga que habían quedado tras una carnicería entre narcos. No debió cogerla. Pero lo hizo. Desde entonces, no pudo descansar. Le buscan para darle caza Wells, ex agente de las Fuerzas Especiales contratado por un poderoso cartel; Chigurh, implacable máquina de matar que, como él mismo dice, no tiene enemigos: «No permito que los haya»; y el sheriff Bell, veterano de la segunda guerra mundial, felizmente casado con Loretta, que añora los viejos tiempos y reflexiona sobre la decadencia de la humanidad, el sentido de la vida, el bien y el mal, y parece ver en la existencia del diablo —“Satanás explica muchas cosas que de lo contrario no tienen explicación”, dice uno de los personajes— y el alejarse de Dios por parte de los hombres las principales causas de esa decadencia. No country for old men: una novela inquietante, sangrienta, mezcla de narrativa lírica, diálogo corto y escenas de acción, que encoge el corazón desde la primera página.  Cormac Mc Carthy no defrauda. Extraordinariamente bien llevada al cine por los hermanos Ethan y Joel Coen, quizá sea la mejor película de toda su filmografía. Supuso el primer Oscar para un actor español, Javier Bardem.
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