«Irlanda, 1919. Hoy
ha empezado mi viaje a África. Salí por la puerta principal y crucé el sendero
de losas. Las gaviotas graznaban en los acantilados de Bannock y mi queridísima
hermana Ada estaba llorando.».
Así
comienza esta positiva, esperanzadora y, en ocasiones dura novela. Cathleen se
traslada a Sudáfrica, al duro y desértico Karoo, para casarse con su prometido.
Sin embargo, el matrimonio no va a resultar como había soñado. Aislada en un
entorno inhóspito, Cathleen encuentra consuelo en escribir su diario, en criar
a sus dos hijos y también a Ada, la hija de su criada, a la que
enseña a leer y a tocar el piano, a amar a Chopin. Todo se verá alterado cuando
Ada descubre que está embarazada, que espera un hijo mulato en un país que no
admite las relaciones entre blancos y negros. Ada se escapa al sentir que ha
traicionado a Cathleen. Despreciada y marginada por ambas comunidades, tiene
que luchar por su supervivencia y la de su hija. La música, y Cathleen, serán
sus refugios. La hija de la criada, una novela cargada de sentimientos, la
historia de una profunda amistad por encima de las convenciones sociales y de los
peligros de la segregación.