«La escalera para salir
del avión tenía dos plataformas y veintitrés escalones de metal. El cordón de
la zapatilla derecha de Fatma Celik se enganchó (…), detuvo su marcha
acelerada y nerviosa, y ella perdió pie. El impulso instintivo fue aferrarse a
algo, pero los dedos no acertaron a encontrar la barandilla (…). Después, la
gravedad y la prisa con la que había abandonado la cabina del avión llegado de
Santiago de Chile hicieron el resto».
El nuevo
caso de la comisaria Cornelia Weber-Tejedor nos llevará a las entrañas
del aeropuerto de Fráncfort. Un accidente fortuito pone en alerta a la
policía de Fráncfort. Algo extraño sucede en el mayor aeropuerto de carga del
mundo y uno de los más transitados de Europa, y todo parece indicar que se
trata de un turbio asunto de drogas. La comisaria, de padre alemán y madre
gallega, se ofrece voluntaria para infiltrarse entre las empleadas de la
limpieza adoptando una nueva identidad. Así huye, además de una delicada
situación personal. Hasta que descubre que su vida está en peligro…
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