«El mar estaba en calma y la nave, con todas las velas hinchadas, se deslizaba como un pájaro sobre la superficie del mar. Los remeros habían recogido los remos y descansaban en sus bancos. En la popa, sentada sobre unos almohadones, Victoria escribía en un papiro».
Transcurre
el año 65 de nuestra era, Victoria, una joven romana convertida al
cristianismo, viaja hasta Palestina. Atrás, en Roma, ha quedado Alejandro, el
joven esclavo del que está enamorada y al que puede perder para siempre si los
planes de su familia llegan a cumplirse. Distintas religiones, culturas y
costumbres se mezclan en la vida de la joven, en una época en la que ser
cristiano es un signo de valentía y fraternidad. Una novela histórica que
conjuga el conocimiento de una época y una trama emocionante, y que aporta las
claves para comprender las relaciones culturales y religiosas que marcan
nuestra sociedad. Me ha encantado. Todo un descubrimiento. Habrá que leer más a esta autora.
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