«El nuestro no es un trabajo con una moral, Dubhe. Hay
reglas, sin duda, pero no existen ni el
bien ni el mal. Existe la supervivencia pura y dura, existe el puñal y un
hombre al que hay que matar».
Son palabras de Sarnek, el Maestro de Duhbe, su protegida y protagonista
principal del relato. Cuando tenía nueve años, mientras jugaba con sus amigos,
mató de modo accidental a uno de ellos: de este modo se convirtió en uno de los
“Niños de la Muerte ”. Separada de su
familia y expulsada de la aldea, sola en la vida, fue recogida y educada por Sarnek, un sicario, antiguo miembro de la Gilda ,
la Secta de
los Asesinos, seguidores de Thenaar, un dios cruel que adora la muerte. Dubhe, por aquel suceso de su infancia,
parece que está destinada de modo ineludible a pertenecer a esa secta. Es el
primer libro de la serie Las Guerras del Mundo Emergido, de
la cual se ha publicado en 2013 el segundo volumen: Las dos guerreras. Entretiene,
y hasta se puede decir que engancha, pero aporta
poco.
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