«Cucho Maluquer vivía en un
piso ático de la calle de la Luna ,
en Madrid, con su abuela. Iba a la
escuela como los demás chicos. No sabía por qué no tenía padres, pero como
otros chicos no sabían por qué no tenían abuela, estaban igual».
A sus diez años, Cucho sabe lo
que significa ser pobre, pues en ocasiones no tienen dinero ni para comer.
Gracias a la ayuda de sus compañeros de colegio, que le ofrecen sus bocadillos,
pueden alimentarse. Pero no se puede alimentar sólo de bocadillos, así que Cucho decide venderlos en la calle para
comprar leche. Así conoce al "Langosta",
un vendedor callejero, que le ayuda en lo que puede. Al llegar las vacaciones
de Navidad no le quedan bocadillos
que vender y habrá de buscar otros modos de ganarse la vida: como músico
callejero, trabajando para el pipero, o vendiendo los trajes que hace su abuela
a la banda de rock de Mr. Coke... Un
día, sin embargo, su abuela recibe un aviso de desahucio…
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