«Fui bautizado y
educado en la fe cristiana ortodoxa. En los principios de dicha fe me
instruyeron desde niño, durante toda mi adolescencia y en mi juventud. Pero
cuando a los dieciocho años abandoné la universidad en segundo curso, yo ya no
creía en nada de lo que me habían enseñado».
En el cenit de su vida, cuando había alcanzado con
sus libros riqueza y celebridad
mundial, Lev Tolstoi, autor de Guerra
y paz y Ana Karenina, se sincera y escribe: «Mi vida es una broma estúpida y cruel que alguien me ha gastado». Al
borde del suicidio, empieza una búsqueda existencial, primero a través
de la ciencia y luego a través de la filosofía, la historia y las diversas
religiones. «Mi pregunta —escribirá— (…) era la más sencilla: reside en el alma
de todo ser humano (…) una pregunta sin la cual la vida es imposible (…). La
pregunta es: “¿Qué resultará de lo que hoy haga? ¿De lo que haga mañana? ¿Qué
resultará de toda mi vida?”. Expresada de otra forma (…) “¿Para qué vivir, para
qué desear, para qué hacer algo?” O (…) ¿Hay algún sentido en mi vida que no
será destruido por la inevitable muerte que me espera?» Confesión de Tolstoi, es la crónica apasionada y franca de
una búsqueda vital de la verdad.
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