«La naturaleza nunca duerme. Los procesos de
la vida nunca se detienen. La creación no ha llegado a su fin. La Biblia afirma
que Dios creó al hombre en el sexto día y descansó, pero cada uno de esos días
tuvo una duración de muchos millones de años. El día de descanso debió de ser
bien corto. El hombre no es el fin sino el principio. Nos encontramos al inicio
de la segunda semana. Somos los hijos del octavo día».
«El octavo día» fue
escrita en 1967, ocho años antes de la
muerte de su autor, Thorton Wilder, y
en ella nos narra –como él mismo dice en la novela- una historia acerca “un error judicial en un caso sin
importancia en una pequeña localidad del Medio Oeste”. John Ashley ha escapado durante el trayecto en tren que lo conducía
hacia su ejecución por el asesinato de su mejor amigo. Nadie conoce su paradero
o la identidad de las personas que organizaron la fuga. Detrás quedan dos
familias destrozadas, que deberán aprender a abrirse camino, y un sinfín de
preguntas sobre las que orbita aquella referida a la autoría del propio crimen. Es
una de las obras cumbre de Wilder, tres veces ganador del Premio Pulitzer. Novela extraña, profunda, con personajes de gran profundidad psicológica y reflexiones sobre temas como la educación, la Historia, la fe, el amor, la amistad, el trabajo o la felicidad. Sin duda, una lectura que merece la pena, aunque con tiempo y con calma.
Para saber más: El octavo día
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