lunes, 29 de abril de 2024

Antígona, de Sófocles

«No creo que tus decretos tengan tanta fuerza que obliguen a transgredir las leyes no escritas e inmutables de los dioses, siendo tú mortal. Esas leyes no son de hoy o de ayer, pues siempre han tenido vigencia y nadie sabe cuándo aparecieron. Además, por temor a lo que piense un simple hombre no iba yo a sufrir el castigo divino por su incumplimiento…».

Predilecta del público desde su primera representación en 442 antes de Cristo, Antígona es, sin duda, de una de las grandes obras del teatro universal: por su calidad literaria, por la hondura de sus temas y por el trágico destino de sus protagonistas. ¿Hay que plantar cara a la injusticia o plegarse a ella? La oposición entre Creonte y Antígona refleja esa otra oposición, tan frecuente, entre una ley injusta y su objetor. Es a Sófocles (495-405 a.C.) a quien debemos esta distinción entre ley natural y leyes meramente humanas, así como su jerarquía y necesaria relación: solo la conexión con la ley natural otorga legitimidad a las leyes humanas. Sin duda, Antígona es una de esas obras de la literatura universal que hay que leer cuanto antes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario