En Berlevaag, un
aislado pueblecito de pescadores de la costa danesa, un pastor luterano funda
una secta religiosa conocida y considerada en todo el país. Sus miembros
renuncian a los placeres de este
mundo, ya que para ellos la tierra y cuanto contiene no son sino una especie
de ilusión… Cuando el pastor muere, sus dos hijas, Martine y Philippa, continúan adelante con su obra. Sin embargo, en 1871, durante la guerra
franco-prusiana, una joven francesa encuentra refugio en el austero hogar
de estas dos hermanas. Su llegada supone la aparición de un ser extraño, porque
Babette es… ¡católica! A pesar de convivir
con ellos durante catorce años es considerada siempre como un ente ajeno a la
gracia divina. Un día, Babette, deseando
agradecer la hospitalidad recibida, decide ofrecer un banquete en memoria del
difunto padre... Babettes
Gaestebud, un excelente relato, por la autora de Memorias
de África. Todo un clásico que no hay que dejar de leer.
Si te gusta leer, este es tu blog. Leer para aprender. Leer para descansar. Leer para recomendar. Libros para ti, libros para tus hijos, libros para tus padres. Libros para todas las edades. Libros para jóvenes y libros para adultos. Lo mejor de ahora y de siempre. No son recomendaciones de un experto, sino de un aficionado a la lectura que recomienda libros a sus amigos. Espero que te gusten.
sábado, 28 de abril de 2012
miércoles, 25 de abril de 2012
Entrevista a Reyes Calderón, autora de La venganza del asesino par: “No siempre me gustan las decisiones de mis personajes”
La muerte del
hombre más rico de Argentina parecía un accidente hasta que la policía recibe
una carta del recluso Ernest Wilson desde una prisión federal estadounidense.
En ella se asegura que alguien está intentando cometer el
crimen perfecto. Wilson ofrece su colaboración a la policía,
pero exige una cosa a cambio: entrevistarse con la juez que lo detuvo, Lola MacHor, quien, en estos momentos, no atraviesa
por una situación personal nada sencilla…
¿Existe el crimen perfecto? ¿Y
el amor perfecto? Estas dos cuestiones son las que se
plantean en la última novela de Reyes Calderón, La venganza del asesino par, relato que vuelve a
contar con dos viejos conocidos para los seguidores de la escritora: los
personajes de Lola MacHor y el inspector Juan Iturri. Nosotros hemos
tenido la oportunidad de hablar con una autora, que se reconoce amante
del detalle, interesada en dotar a sus personajes de una entidad que trasciende a la propia
historia.
-Con La
venganza del asesino par,
ya son cinco los libros protagonizadas por Lola MacHor y Juan Iturri.
¿Se hace difícil encontrar la evolución adecuada para los protagonistas de tus
historias?
-Hay dos maneras de
encarar una saga literaria, que sea la trama la que cambie y los personajes
permanezcan, o que los protagonistas de la historia se muevan al compás de las
novelas. En mi caso, considero importante que los personajes crezcan y
evolucionen… Incluso a veces sin que yo misma los controle.
-¿Un personaje puede escapar a las decisiones del autor?
-No es tanto que escapen a mi control, como que los detalles de su personalidad sean los que marquen qué caminos seguirán. No siempre estoy de acuerdo con las decisiones que toman mis personajes. Por ejemplo, Iturri hay momentos en que me sorprende, incluso hace cosas que me dan rabia, por decirlo de alguna manera. Una vez creados, los detalles que configuran sus personalidades definen sus futuros actos. Si no fuera así el lector se daría cuenta de inmediato, se percataría de que algo no cuadra.
-¿Un personaje puede escapar a las decisiones del autor?
-No es tanto que escapen a mi control, como que los detalles de su personalidad sean los que marquen qué caminos seguirán. No siempre estoy de acuerdo con las decisiones que toman mis personajes. Por ejemplo, Iturri hay momentos en que me sorprende, incluso hace cosas que me dan rabia, por decirlo de alguna manera. Una vez creados, los detalles que configuran sus personalidades definen sus futuros actos. Si no fuera así el lector se daría cuenta de inmediato, se percataría de que algo no cuadra.
-Te has definido como una
persona meticulosa, cosa que se deja notar en tus novelas. ¿El proceso de
investigación y documentación es la parte de la creación literaria más
ingrata?
-¡En absoluto! Para mi resulta apasionante. Sé que hay
autores que “subcontratan” esta parte del trabajo literario. Es una opción,
desde luego, pero yo me divierto mucho indagando sobre los temas que van a
aparecer en las novelas. Al documentarme, aprendo, y eso beneficia a la
narración.
-Y se consigue realismo…
-El realismo y los detalles importantes. Y se llega a ello
a través de los personajes. Te permite incluso conseguir un punto
reivindicativo, aunque evitando sentenciar nada. Me limito a mostrar una serie
de problemas. Gracias al personaje de Lola MacHor, magistrada de profesión, el
lector puede reflexionar a cerca de la justicia en España. Por ejemplo sobre el
hecho de que no hay mujeres en el tribunal supremo.
-¿Y qué te sugiere este dato?
-Quizás que a nuestra sociedad aún le falta un hervor.
Aunque es evidente que algo sí que se está cociendo.
-Para contar una intriga como la que centra la novela, ¿se
tiene claro el desenlace de la historia desde el principio?
-Cuando empiezo a
escribir, tengo decidido el esqueleto del relato. A pesar de ello, conforme
avanzo, hay aspectos de la novela que van transformándose, personajes
secundarios que te piden paso, por ejemplo. En La venganza del asesino par, este ha sido el caso del inspector Lombardo,
que ha ido empujando a hasta conseguir mayor peso en el relato.
-¿Y cómo se consigue mantener en vilo al lector? ¿Cuál es el truco
para que la intriga no decaiga?
-Insisto, lo importante son los detalles. En la novela he
ido actuando como si fuera Hansel y Gretel. He ido dejando miguitas de pan a
medida que el relato avanza, para que los lectores puedan, si lo desean, ir
vislumbrando el final. Para que puedan ir atando cabos que les conduzca al
desenlace.
-En ocasiones, los escritores se vuelven tan crípticos que no hay
quien imagine el final de la historia…
-Yo no me saco ningún conejo de la chistera. En la novela
el lector sabe lo mismo que los personajes. Quien quiera seguir las pistas
podrá llegar a las mismas deducciones que ellos, aunque, claro está, habrá
quien lo consiga antes, y quien lo logre después…
-El personaje de Rodrigo/Wilson ha cometido nada menos que nueve
crímenes para
averiguar si matando uno se vuelve loco, o si tienes que estar loco para matar.
¿Cuál es la opción correcta?
-Ninguna de las dos. Hay varios factores que
influyen. En el caso de los psicópatas, la genética o el ambiente pueden dar
pistas importantes sobre qué ha llevado a alguien a cometer un crimen. Pero
también está la voluntariedad. En realidad, todos estos factores se dan
de manera simultánea. En todo caso, se trata de relaciones complejas que casi nunca
llegamos a conocer completamente. De hecho, en el mundo real, son los
jueces penales los que tienen que enfrentarse a este problema, tienen que
decidir si alguien ha tenido la voluntad de cometer el crimen. Se trata de una
línea muy fina.
-En la ficción los asesinos más despiadados suelen ser personas muy
inteligentes ¿Es que ser una especie de genio lleva aparejada la locura?
-Quien comete este tipo de asesinatos se consideran
genio. En estos casos, es habitual que coincidan maldad y inteligencia.
Pero también la soberbia y el narcisismo. Quieren mostrar al mundo de lo que
son capaces, escriben a los periódicos, buscan publicidad… pretenden que la
gente admire sus obras.
-Y luego encontramos a los personajes que deben desvelar las
intenciones del crimina. En la novela, Lola MacHor se ve involucrada, muy a su
pesar, en una serie de acontecimientos oscuros. Pero es que, además, su
situación personal es complicada. También debe resolver un dilema sentimental.
¿Lola se deja llevar más por el corazón o por lo racional?
-Tenemos los dos
casos. Son las dos caras de la misma moneda, el crimen perfecto y el amor
perfecto. El personaje de Lola se debate en esta dicotomía. En el aspecto
personal, se pregunta si un amor en apariencia perfecto puede desaparecer, y si,
siendo así, debe buscar en otro sitio.
-Hay muchos momentos de la
narración, en los que conviven, con naturalidad y justificación, pasajes muy
crudos y realistas, con reflexiones de tipo personal y momentos de gran
ternura. Difícil mantener el equilibrio narrativo en este sentido…
-Sólo se consigue si se observa con detenimiento todo el
cuadro. Si se tienen en cuenta todos los elementos de la escena. No sólo hay
que dedicarse exclusivamente a mirar el cadáver.
Posted on 20/02/2012 by Equipo PlanetadeLibros.com
Posted on 20/02/2012 by Equipo PlanetadeLibros.com
sábado, 21 de abril de 2012
La venganza del asesino par, de Reyes Calderón
«Ahora
puedo afirmarlo con conocimiento de causa: todo ha vuelto a empezar. Debemos
darnos prisa, porque llevamos retraso. Este hombre, si es que es un hombre,
parece verdaderamente decidido, tanto que sus manos están ya manchadas de
sangre. Y una vez que ha comenzado, no se detendrá. Los cadáveres caerán como
fruta madura y en orden alfabético. ¿Comprende la urgencia? El asesino es par».
Lola Mac Hor acaba de ser
nombrada jueza del Tribunal Supremo de España. Está casada con Jaime,
científico del CSIC, y tiene cuatro hijos. Siempre ha sido feliz con su marido,
pero éste lleva un tiempo muy raro, y ella le ha forzado a irse a vivir a un
hotel. Él, agobiado por problemas de trabajo, se marcha a Estados Unidos. El mismo
día de su partida, es el nombramiento de Lola, al que él no asiste. Además,
Rodrigo, una de las múltiples personalidades del psicópata Dr. Wilson, asesino
confeso, ha vuelto a la carga —o eso parece— aunque sigue encerrado en una
cárcel de alta seguridad para enfermos mentales. Y requiere la presencia de la
jueza. Inmediata. Porque de nuevo está matando, y sólo ella puede detenerle.
Amor, intriga y sentido del humor, ingredientes para una buena novela
psicológica, del estilo de Sé
lo que estás pensando o El
psicoanalista.
miércoles, 18 de abril de 2012
Katrina, de Sally Salminen
jueves, 12 de abril de 2012
Katrina, de la finlandesa Sally Salminen, es una novela con fuerza y una protagonista comparable con las de tantas novelas de Willa Cather. Cuenta la vida de una mujer de Österbotten, una región de Finlandia, que se deja deslumbrar por la simpatía de un marinero que un día llega a su pueblo, por lo que se casa y se marcha con él lejos, a Åland. Una vez allí, se da cuenta de que su marido, una buena persona, es el hazmerreír del pueblo por su palabrería y su afición a presumir, y que sus promesas eran completamente vanas. Pero hace frente a su nueva situación: trabaja duramente en distintas casas del pueblo, educa a sus hijos e incluso va viendo los aspectos buenos que tiene su marido. Y, llegado el momento, reivindica con entereza lo que se le debe: «una mujer debe hacerse valer tanto como un hombre y hasta más», dice Katrina al capitán Nordkvist cuando le reclama las deudas que ha contraído con ella.
Todo se cuenta con paso tranquilo para meter al lector en el mundo interior de Katrina, toda una personalidad, que acaba ganándose a sus vecinos y, también, el respeto de los hombres más ricos del pueblo. Hay momentos tensos, como corresponde a la vida de pueblos marineros que viven inquietos por la suerte de quienes se han embarcado, y como es propio, también, de quienes han de hacer frente a situaciones climatológicas extremas. Al principio de la historia Katrina se propone ser feliz, llegar a vencer la miseria en la que vive, y demostrar «a todo el mundo que tenía fuerza para hacer florecer su dicha aún en el corazón de aquellas desnudas rocas», pero su historia se parece poco a los grandes novelones románticos pues los acentos amables de la narración no esconden la dureza en ningún momento.
Sally Salminen. Katrina (1936). Madrid: Palabra, 2012; 526 pp.; col. Roman; trad. de Francisco Torres Ferrer y L. Vegas López; ISBN: 978-84-9840-581-1.
Todo se cuenta con paso tranquilo para meter al lector en el mundo interior de Katrina, toda una personalidad, que acaba ganándose a sus vecinos y, también, el respeto de los hombres más ricos del pueblo. Hay momentos tensos, como corresponde a la vida de pueblos marineros que viven inquietos por la suerte de quienes se han embarcado, y como es propio, también, de quienes han de hacer frente a situaciones climatológicas extremas. Al principio de la historia Katrina se propone ser feliz, llegar a vencer la miseria en la que vive, y demostrar «a todo el mundo que tenía fuerza para hacer florecer su dicha aún en el corazón de aquellas desnudas rocas», pero su historia se parece poco a los grandes novelones románticos pues los acentos amables de la narración no esconden la dureza en ningún momento.
Sally Salminen. Katrina (1936). Madrid: Palabra, 2012; 526 pp.; col. Roman; trad. de Francisco Torres Ferrer y L. Vegas López; ISBN: 978-84-9840-581-1.
sábado, 14 de abril de 2012
El día de la lechuza, de Leonardo Sciascia
«El autobús estaba a punto de arrancar, retumbaba
sordamente entre repentinos carraspeos y sollozos. La plaza estaba silenciosa
en el gris del alba, hilachas de niebla entre los campanarios de la Matrice:
sólo el retumbar del autobús y la voz, implorante e irónica, del vendedor de
tortas, “tortas calientes, tortas”. El cobrador cerró la puerta, el autobús
arrancó con un fragor de chatarra. El último vistazo que el cobrador echó a la
plaza captó al hombre vestido de oscuro que llegaba corriendo; el cobrador le
dijo al conductor “un momento” y abrió la puerta con el autobús todavía en
marcha. Se oyeron dos disparos desgarrados: el hombre vestido de oscuro, justo
cuando iba a saltar al estribo, quedó suspendido por un instante, como si una
mano invisible retirase del pelo; se le cayó la cartera de la mano y,
lentamente, sobre la cartera se desplomó».
Los pasajeros se
apresuran a huir, y nadie ha visto nada,
o eso dicen. Pero las circunstancias de esta muerte parecen cada vez más
complejas. Además, puede que la misteriosa desaparición del campesino Mendolìa guarde relación con el caso. Bellodi,
joven capitán de carabineros y ex partisano será el encargado de llevar a cabo la investigación y de rasgar con su
empeño el silencio plomizo de toda una sociedad. Sciascia, con Il giorno della civetta, nos ofrece un retrato de la mafia siciliana en estado
puro, y con calidad literaria, haciendo de ella una novela IMPRESCINDIBLE. Existe una versión cinematográfica de 1968, protagonizada por Claudia Cardinale y Franco Nero.
miércoles, 11 de abril de 2012
Los juegos del hambre, de Suzanne Collins
Jueves, 3 de junio de 2010
Circo romano por televisión
Luis Daniel González, bienvenidosalafiesta
En su momento leí Los juegos del hambre, de Suzanne Collins, y ahora he leído En llamas, la continuación de la historia.
En la primera se presenta una sociedad dictatorial futura donde, anualmente, son seleccionados por sorteo un chico y una chica de cada uno de los doce estados para luchar entre sí hasta que sólo quede uno vivo; esto tiene lugar en un estadio un tanto especial —con bosques y lagos y todo tipo de escenarios— desde donde los combates son retransmitidos en directo a todo el país; la protagonista y narradora, Kaniss, se presenta por su estado para sustituir a su hermana pequeña, que había sido la elegida. En la continuación, después de una introducción algo más larga, los protagonistas vuelven al estadio para competir de nuevo a muerte, pero la rebelión contra el poder está en marcha y Katniss, sin ella saberlo, se ha convertido en la bandera de los rebeldes, digamos que parece anunciarse como un nuevo Espartaco.
Como bastantes escritores que han tenido éxito en las últimas décadas, también en este caso la autora fue durante años guionista de programas televisivos: una experiencia que, sin duda, facilita el trabajo de confeccionar novelas que lleguen bien a los lectores jóvenes. Las dos son narraciones absorbentes y bien construidas, que tocan muchas teclas apropiadas para conectar con el público: elección de los rasgos de los distintos protagonistas, enamoramientos cruzados, presentación de chicas con grandes habilidades físicas para la lucha, gran atención a cuestiones de vestuario y maquillaje, etc. Pero, como ya comenté en Novelas inquietantes o sociedad inquietante, son relatos que me parecen morbosos y socialmente dañinos pues pienso que la representación en ficciones de los programas televisivos que juegan con la curiosidad acerca de las vidas de otras personas, o de los espectáculos del tipo que sea donde se producen accidentes terribles y muertes, les da carta de normalidad y facilita más todavía su aceptación social.
Una especie de prueba de que también se busca eso está en que quienes los escriben, o los publican, o los elogian, no dan explicaciones sencillas y directas, que todos podríamos entender aunque no compartiéramos, del tipo «escribo, (o publico, o leo) novelas así porque son las que me gustan», o «porque quiero ganar dinero» en el caso de los autores y editores. Por el contrario, las explicaciones que abundan contienen coartadas educativo-culturales-morales, como, por ejemplo, «son novelas que reflexionan sobre la injusticia, pues en ellas los pobres son los oprimidos y la chica lucha por salvar a su hermana pequeña y a su familia», o «son una forma inteligente de acercar a la juventud a los viejos mitos griegos, como el del Minotauro», o «qué instructivos relatos para que los lectores jóvenes se den cuenta de la crueldad inhumana del Circo Romano y así nunca se vuelva a repetir», etc.
En la primera se presenta una sociedad dictatorial futura donde, anualmente, son seleccionados por sorteo un chico y una chica de cada uno de los doce estados para luchar entre sí hasta que sólo quede uno vivo; esto tiene lugar en un estadio un tanto especial —con bosques y lagos y todo tipo de escenarios— desde donde los combates son retransmitidos en directo a todo el país; la protagonista y narradora, Kaniss, se presenta por su estado para sustituir a su hermana pequeña, que había sido la elegida. En la continuación, después de una introducción algo más larga, los protagonistas vuelven al estadio para competir de nuevo a muerte, pero la rebelión contra el poder está en marcha y Katniss, sin ella saberlo, se ha convertido en la bandera de los rebeldes, digamos que parece anunciarse como un nuevo Espartaco.
Como bastantes escritores que han tenido éxito en las últimas décadas, también en este caso la autora fue durante años guionista de programas televisivos: una experiencia que, sin duda, facilita el trabajo de confeccionar novelas que lleguen bien a los lectores jóvenes. Las dos son narraciones absorbentes y bien construidas, que tocan muchas teclas apropiadas para conectar con el público: elección de los rasgos de los distintos protagonistas, enamoramientos cruzados, presentación de chicas con grandes habilidades físicas para la lucha, gran atención a cuestiones de vestuario y maquillaje, etc. Pero, como ya comenté en Novelas inquietantes o sociedad inquietante, son relatos que me parecen morbosos y socialmente dañinos pues pienso que la representación en ficciones de los programas televisivos que juegan con la curiosidad acerca de las vidas de otras personas, o de los espectáculos del tipo que sea donde se producen accidentes terribles y muertes, les da carta de normalidad y facilita más todavía su aceptación social.
Una especie de prueba de que también se busca eso está en que quienes los escriben, o los publican, o los elogian, no dan explicaciones sencillas y directas, que todos podríamos entender aunque no compartiéramos, del tipo «escribo, (o publico, o leo) novelas así porque son las que me gustan», o «porque quiero ganar dinero» en el caso de los autores y editores. Por el contrario, las explicaciones que abundan contienen coartadas educativo-culturales-morales, como, por ejemplo, «son novelas que reflexionan sobre la injusticia, pues en ellas los pobres son los oprimidos y la chica lucha por salvar a su hermana pequeña y a su familia», o «son una forma inteligente de acercar a la juventud a los viejos mitos griegos, como el del Minotauro», o «qué instructivos relatos para que los lectores jóvenes se den cuenta de la crueldad inhumana del Circo Romano y así nunca se vuelva a repetir», etc.
Suzanne Collins. Los juegos del hambre (The Hunger’s Games, 2008). Barcelona: Círculo de lectores, 2009; 379 pp.; trad. de Pilar Ramírez Tello; ISBN: 978-84-672-3563-0.
Suzanne Collins. En llamas (Catching Fire, 2009). Barcelona: Molino, 2010; 487 pp.; trad. de Pilar Ramírez Tello; ISBN: 978-84-2720-000-5.
sábado, 7 de abril de 2012
Los juegos del hambre, de Suzanne Collins
El próximo 20 de abril de 2012 se estrena la película Los juegos del hambre. El argumento de la novela, que, por cierto, engancha bastante, es éste: Después de que Norteamérica quedó
reducida a cenizas, sobre ellas se levantó Panem, un nuevo país, con un Capitolio rodeado de trece distritos, que llevó la paz y la
prosperidad a los ciudadanos. Pero entonces llegaron los Días Oscuros, la rebelión de los
distritos contra el Capitolio.
Doce de ellos fueron derrotados; el otro, aniquilado. A partir de ese momento,
para que los supervivientes no olviden la lección, se celebran todos los años los Juegos del Hambre. Sus reglas son
sencillas: en castigo por la rebelión, cada uno de los doce distritos debe
entregar a un chico y a una chica, llamados tributos, para que participen. Los
veinticuatro tributos son encerrados en un enorme estadio al aire libre en el
que se encontrarán con bosques, lagos y todo tipo de escenarios. Una vez
dentro, los competidores deben luchar hasta la muerte durante varias semanas,
mientras todo se transmite por televisión. Un año más, Katniss participa en el sorteo, con
bastantes papeletas. Pero este año es distinto: su hermana Prim, acaba de cumplir 12 años y entra
por primera vez en el sorteo. Absorbente y bien construida, yo no la recomendaría. De hecho, en la novela, aunque en algunos protagonistas se ven buenos sentimientos, amistad, generosidad, solidaridad, otros se mueven únicamente por odio, e incluso se convierten en bestias feroces ávidos de matar, y todo ello se convierte en el entretenimiento del resto de los habitantes de los distritos. Hace de la vida de las personas un espectáculo, como si fuera lo más normal
del mundo. En este sentido, estoy de acuerdo con la afirmación de Luis Daniel González, para quien: relatos como estos son "morbosos y socialmente dañinos", ya que "la representación en ficciones de los programas televisivos que juegan con la curiosidad acerca de la vida de otras personas, o de los espectáculos del tipo que sea donde se producen accidentes terribles y muertes, les da carta de normalidad y facilita más todavía su aceptación social".
martes, 3 de abril de 2012
Fray Escoba, de Antonio Mingote
Hoy, martes 3 de abril de 2012 ha fallecido, a la
edad de 93 años, Antonio Mingote, miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1988. Como homenaje
recomendamos en nuestro blog este pequeño libro, genial interpretación de Fray
Martín de Porres, en que el genial dibujante hace gala de su penetrante
intuición y nos acerca —con imágenes certeras, tiernas y poéticas— de un modo
ameno a la heroicidad de este pequeño y santo fraile mulato, el fraile de la
escoba. El humor, la alegría y la bondad del dibujante, impregnadas de un sano
espíritu crítico, se unen, en esta obrita, a la santidad de Fray Martín de
Porres. Porque en realidad, «santidad» y «alegría», o «humor», no son conceptos
lejanos, como pudiera parecer a primera vista, ya que «un santo triste —se
dice— es un triste santo». Porque lo mismo que la santidad resulta inconcebible
desprovista de la alegría, el humor verdadero, que trata de servir al hombre
para hacerlo mejor, no resultaría sin un íntimo deseo de mejorar el mundo, de
santificar la existencia.
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