No entres
dócil en esa buena noche,
la vejez
debería arder y enfurecerse al concluir el día;
enfurecerse,
enfurecerse contra la muerte de la luz.
Aunque al
llegar su fin los sabios sepan que la oscuridad es justa,
ya que sus
palabras no desviaron el relámpago
no entran
dóciles en esa buena noche.
Los
hombres buenos, por ser los últimos, al lamentar lo mucho
que
podrían haber brillado sus obras frágiles
se
enfurecen, se enfurecen contra la muerte de la luz.
Los
hombres salvajes, que capturaron al sol al vuelo y lo cantaron
y que
aprenden, tarde, que entristecieron su camino
no entran
dóciles en esa buena noche.
Los
hombres graves, moribundos, que ven con ojos cegados
que los
ojos ciegos podrían arder como meteoros y ser dichosos,
se
enfurecen, se enfurecen contra la muerte de la luz.
Y tú,
padre mío, desde tu altura triste,
maldice,
bendíceme ahora con tus lágrimas feroces, te lo pido.
No entres
dócil en esa buena noche.
Enfurécete,
enfurécete contra la muerte de la luz.
[1] Traducción de Ben Clark: http://www.delversoyloadverso.com/2013/12/no-entres-docil-en-esa-buena-noche-de.html
Amén.
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Saludos!!