«En el coche hace
frío, un frío sepulcral. Prefiero dejar el aire acondicionado al máximo para
que la baja temperatura me mantenga alerta. Desde la radio apenas suena un
murmullo, pero aún oigo una canción que se impone con cierta insistencia sobre
el ruido del motor. Es R.E.M. en su primera etapa, algo que habla de hombros y
lluvia».
Una
noche, Charlie «Bird» Parker, inspector del Departamento de Policía
de Nueva York, discute por enésima vez con su mujer y sale a tomar unas copas;
cuando vuelve a casa, se encuentra a su mujer
y a su hija de tres años salvajemente asesinadas. Entre los
sospechosos figura el propio Parker, pero el crimen no podrá
resolverse. Incapaz de superar los sentimientos de culpabilidad y expulsado del
cuerpo de policía, Parker se convierte en un hombre
atormentado, violento y deseoso de venganza. Cuando su ex jefe le pide ayuda
para resolver el caso de una joven desaparecida, Parker acepta
y se embarca en una investigación que le llevará hasta el sur de Estados
Unidos, donde se las verá con el crimen organizado, con una extraña anciana que
dice oír voces de ultratumba y con el «Viajero», un despiadado asesino
en serie. John Connolly nos ofrece una primera novela que
conmociona, una historia terrorífica muy bien tramada, personajes sólidos y
complejos que aparecerán en otras novelas, como Los hombres de la guadaña, una
aguda visión de la sociedad y un gran talento. Que se preparen los adictos a la
buena novela policíaca.
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