miércoles, 15 de julio de 2015

Todo lo que muere, de John Connolly

«En el coche hace frío, un frío sepulcral. Prefiero dejar el aire acondicionado al máximo para que la baja temperatura me mantenga alerta. Desde la radio apenas suena un murmullo, pero aún oigo una canción que se impone con cierta insistencia sobre el ruido del motor. Es R.E.M. en su primera etapa, algo que habla de hombros y lluvia».

Una noche, Charlie «Bird» Parker, inspector del Departamento de Policía de Nueva York, discute por enésima vez con su mujer y sale a tomar unas copas; cuando vuelve a casa, se encuentra a su mujer y a su hija de tres años salvajemente asesinadas. Entre los sospechosos figura el propio Parker, pero el crimen no podrá resolverse. Incapaz de superar los sentimientos de culpabilidad y expulsado del cuerpo de policía, Parker se convierte en un hombre atormentado, violento y deseoso de venganza. Cuando su ex jefe le pide ayuda para resolver el caso de una joven desaparecida, Parker acepta y se embarca en una investigación que le llevará hasta el sur de Estados Unidos, donde se las verá con el crimen organizado, con una extraña anciana que dice oír voces de ultratumba y con el «Viajero», un despiadado asesino en serie. John Connolly nos ofrece una primera novela que conmociona, una historia terrorífica muy bien tramada, personajes sólidos y complejos que aparecerán en otras novelas, como Los hombres de la guadaña, una aguda visión de la sociedad y un gran talento. Que se preparen los adictos a la buena novela policíaca.

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