«—Y hay algo más —continuó—, algo que tiene que ver con la capacidad de mirar más allá del instante, con la necesidad de escudriñar el horizonte, de estudiarlo con el mismo celo con el que un marino estudia una carta de navegación. No se sorprenda, Prudencia, la mía es una historia vieja como el mundo. No he sido el primero y tampoco seré el último. Sé lo que está pensando. ¿Volvería atrás si pudiese? No, claro que no volvería atrás. ¿Puede acaso un hombre despierto querer vivir dormido?»
Atraída por un sugestivo anuncio, Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, un pequeño lugar lleno de encanto cuyos habitantes han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno. La señorita Prim ha sido contratada para organizar la biblioteca del Hombre del Sillón, un hombre inteligente, profundo y cultivado, pero sin pizca de delicadeza. Pese a las frecuentes batallas dialécticas con su jefe, poco a poco la bibliotecaria irá descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los secretos de sus nada convencionales habitantes. Estupenda novela de la joven periodista gallega Natalia Sanmartín Fenollera. Deliciosa, simpática, amena, original, y mucho más profunda de lo que parece, ofrece múltiples lecturas: desde más ligera y superficial que nos lleva a ver “la importancia y la belleza de las pequeñas cosas” hasta la que conduce a preguntarse sobre Dios, el alma o la fe. Más de uno la considera una obra maestra para ser una escritora novel. Me ha encantado.
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