lunes, 5 de septiembre de 2022

Un relato policíaco, de Imre Kertész

«—Claro, claro —dije—. Pero… No sé cómo explicarlo… Me refiero a que, de hecho, creía que aquí estábamos al servicio de la ley.
—Del poder, muchacho —me corrigió Díaz. Empezaba a dolerme la cabeza. Curiosamente, lo provocaba Díaz, no Rodríguez.
—Pensaba que las dos cosas eran lo mismo —contesté.
—Pues sí —admitió Díaz—. Pero no conviene olvidar el orden de prioridad.
—¿Qué orden de prioridad? —le pregunté.
Primero el poder y luego la ley —respondió Díaz en voz baja, con su inconfundible sonrisa.»

Un miembro de la policía secreta de un país latinoamericano sin precisar relata, poco antes de ser ejecutado, su experiencia en el Cuerpo. Vuelven a surgir de este modo las preguntas que Imre Kertész siempre nos formula: ¿Cómo se implica el ser humano en la maquinaria de una dictadura? ¿Cómo llega a participar en ella? En este caso, Kertész lo narra desde la perspectiva no de la víctima, sino del verdugo. Con extrema economía, con frialdad, explica la caída de un hombre en la indiferencia moral y en el empobrecimiento definitivo del alma y da así con una de las claves para entender nuestra época.



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